Finlandia.
Ya sé, ya sé que es un tema demasiado recurrente pero me viene a
pelo para dejar constancia, en mi camino al EABE13, del trabajo que
llevamos a cabo en mi centro, desde el curso pasado, aplicando la
metodología del Aprendizaje cooperativo.
Desde
que el sistema educativo finlandés obtuvo los mejores resultados
escolares en las pruebas PISA está en boca de todos: es lógico. Y viene
muy bien conocer un sistema educativo de éxito y compararlo con el
nuestro y darnos cuenta de que son muchas las cosas que debemos cambiar.
No,
no somos Finlandia, ni falta que nos hace. Somos dos países muy
diferentes. Nuestro país debe recorrer este camino a su manera y en
función de su idiosincrasia, pero lo cierto es que si no se respetan
ciertos supuestos no llegaremos a ninguna parte. Un aprendizaje de
calidad debe de ser equitativo; posible, si no para todos, sí para la
mayoría de estudiantes y las políticas educativas deben estar
encaminadas a que los alumnos aprendan mejor, los docentes enseñen mejor
y las escuelas sean más eficientes. Para que los alumnos aprendan mejor
hay que hacer énfasis en el desarrollo de la creatividad, la curiosidad y
la experimentación. En Finlandia el docente no se dedica a transmitir
información sino que enseña a aprender a pensar, estimula el
razonamiento crítico antes que la memorización, su papel no es el de
mero transmisor en una clase magistral sino que fomenta mucho la
participación y el trabajo en grupo haciendo las clases muy
participativas en un ambiente relajado y de mutuo respeto. Además, el
profesor está obligado a ir renovando sus clases y métodos de enseñanza
para atraer la atención y la motivación de los alumnos.
Y aquí, ¿todo eso no se hace? Se hace, aunque a una escala menor, más voluntarista y menos profesionalizada porque hay docentes con prurito profesional, valientes, que reflexionan sobre su trabajo, se cuestionan lo que hacen, se plantean retos y, con apoyos o sin ellos, se lanzan al cambio. La gran diferencia es que esta actitud de apertura al cambio, de cuestionamiento metodológico y de afrontar en equipo la solución de los problemas y retos educativos, allí, en Finlandia, parece un componente sustancial y generalizado de la profesionalidad docente, mientras que aquí aún sigue perteneciendo al ámbito del voluntarismo casi siempre o de la heroicidad bastante a menudo.
A mi compañera Cristina: Gracias, muchas gracias por cederme los vídeos de tus alumnos, dejarte enredar en mis movidas, por tu tiempo, tu paciencia y tu interés.
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